“Mi música es una nueva forma de expresar los sonidos andinos a través del hip hop; es rap alternativo”

MI MÚSICA, MIS INFLUENCIAS

La defino como una nueva forma de expresar los sonidos andinos a través del hip hop. Es rap alternativo; hacer rap en quechua y en español supone ser un país diverso. Hay miles de peruanos que hablamos quechua, que vivimos el día a día en quechua y también en español. Mi música es el encuentro y la expresión de estos dos mundos. Se reconoce como una diversidad de colores, sabores y sonidos, lo cual enriquece mi proyecto.

Mi primera y principal referencia es la música que hace mi padre, que artísticamente se llama Picaflor de Umamarca y el entorno familiar. Algo que me influyó mucho fue el viaje a Apurímac, siento que fue vital para mi proyecto musical. Durante esos tres años el referente principal fue mi abuela, con quien viví de los ocho a los once años; estaban también las fiestas costumbristas del pueblo Tumay Huaraca. Todo eso influenció mucho en mí. Luego, años más tardes, conocería a los diferentes artistas del rap; en un inicio fueron latinos, luego americanos y europeos. La literatura de José María Arguedas, es también poderosa y tiene mucha influencia en mí.

LA MÚSICA EN MI VIDA

Yo empecé a hacer hip hop alrededor del 2018, aunque lo conocí en el 2015, hacía covers y cosas similares (eran de raperos europeos y algunos latinos). Antes del hip hop mi mundo era prácticamente el huayno, el toril, los carnavales andinos justamente por haber vivido en Apurímac. Recuerdo que en la escuela, durante la formación de todos los lunes, salía un representante de cada salón para hacer un número artístico. Ahí es donde aprendí Paloma torcaza, ese huaynito que se canta mitad en español y mitad en quechua.

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LA PANDEMIA

Fue muy complicado, muchos proyectos quedaron en pausa, las presentaciones y conciertos, inclusive el álbum que debíamos producir el 2020. Se cruzó todo: la universidad, el tema económico y los proyectos con la música. Felizmente, en el camino, conocí y pude unirme al proyecto cultural de Daniel Coronel, Juan Yunpa. Daniel, como gestor y específicamente con esta iniciativa, apoya proyectos relacionados con el quechua, su reivindicación y su difusión no solamente en la música sino también en la literatura. Fue gracias al auspicio y apoyo de Daniel que pudimos concretar Pawaspay, el álbum que hemos presentando este año, del cual también hemos hecho algunos videos. Durante este tiempo también hice algo de docencia y algunas presentaciones virtuales, adaptándome a los nuevos formatos de la coyuntura, aunque extraño mucho los conciertos de antes (como todos los artistas).

LOS RETOS

El reto de perseverar, terminar la universidad y apoyar económicamente a la familia. He trabajado como ambulante desde los doce años, mientras cursaba la secundaria. Fueron tiempos muy complicados pero siempre seguíamos para adelante, sin rendirnos, hubo momentos de tristeza y soledad, pero nos levantamos. El reto de ingresar a la universidad y culminar la carrera de Historia. Seguir creando y generando nuevos temas. Todo esto te hace fuerte y mejorar como persona y artista.

CAMBIOS EN NUESTRA INDUSTRIA

Coincido con algunos colegas artistas que sostienen que en el Perú, verdaderamente, no hay una industria musical. Yo no vivo al 100% de la música, tengo que hacer otras cosas para sustentarme económicamente y seguir haciendo lo mío. No tenemos productoras que apuesten por nuevos estilos de música, por nuevos proyectos musicales, valores y talentos. Creo que la industria musical peruana aún está en construcción. Sería un sueño poder trabajar y vivir de la música, esperemos que pronto se concrete y se haga sólida una verdadera industria y arrancar con esta revolución de música urbana andina, en quechua.

CÁBALAS

No tengo ninguna en especial, simplemente espero el llamado y salgo de frente a la tarima. Antes está el tema del compartir, creo que es muy importante conversar con los músicos, con el equipo y me voy sintiendo más relajado y alegre. Así, al salir a escena, lo doy todo. Entro con garra y con fuerza.

PROYECTOS

El primer proyecto musical que presenté fue en el 2016, Arimay, Pueblo. El segundo, este 2021, Pawaspay. Se trata de un álbum muy especial pues ha salido con todos los colores que estaba trabajando, aquellos que le dan esa fuerza y vitalidad a cada tema.

UNA ANÉCDOTA

Hasta ahora no he tenido una anécdota así sonrojante; siempre que estoy en el escenario quiero seguir cantando, quiero que la emoción siga, que dure un poco más. Cuando subo me olvido de todo lo que no sea música, me concentro mucho en la interacción con el público que es algo muy importante. Algunas veces ha pasado que, con la energía y la emoción, cuando estoy cantando me olvido de una línea, la mayoría no se da cuenta pero siempre hay fans que sí; son los que te miran y sonríen pero la fiesta debe continuar. Cuando ha pasado eso, mis músicos me dicen, ¿qué, otra vez otro mix? Qué puedo decir, a veces la emoción te gana y esos momentos quedan como recuerdos.

ME GUSTARÍA HACER UN FEAT CON

Calle 13; me gusta mucho el atrevimiento musical que tiene, con el vocalista Residente, al mezclar sonidos, la música tradicional con el hip hop, el rap con charangos, es muy interesante.

Molotov, me gusta el ritmo que tiene, es un rock latino propio, con identidad, es una propuesta que ha llegado a un punto de reconocimiento impresionante.

Picaflor de Umamarca, mi papá, que es un difusor de la música tradicional, el toril. Ya hemos conversado y pronto se concretará.

Artistas que no necesariamente pertenezcan al mismo género de la música que hago.

APRENDIZAJE

Intenté aprender algún instrumento, también a hacer beats, pero no me salió (risas). Por experiencia propia he aprendido a reconocer las notas, compases, los ritmos e instrumentos, la grabación, etc. Me gustaría estudiar música, la parte académica también es importante. Una de las cosas que tengo en mente es contar con un estudio de producción propio, ayudaría mucho.

SOBRE MI NOMBRE

Tiene una historia propia. Cuando conocí el hip hop, por los compañeros en el colegio, quería dejar de sentir tanta soledad y tristeza, la música fue una salida para ser libre. Libre en el sentido de sentirte bien contigo mismo, de seguir creando, la música es reconfortante, importante para la vida. El 2013 hice mi primer tema de rap en quechua, fue luego de reunirme con un amigo con quien estaba escuchando unos temas instrumentales y nació a partir de crear un coro en quechua. Hasta entonces no tenía nombre artístico. El 2014, buscando en una lista de palabras en latín, encontré Liberato y me gustó su significado: hombre libre o amante a la libertad. Me gustó porque tenía mucho que ver con lo que sentía y todo lo que había pasado; con la música en verdad me sentía libre. Ya para el 2015 era Liberato y es en el 2016, al presentar Arimay, mi primer trabajo, que me nace agregar Kani, una palabra en quechua que significa Soy. Entonces Liberato Kani significa Soy un hombre libre.

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